Biofertilizante Microbiano


Es un abono fabricado utilizando el mecanismo de fermentación y descomposición de los materiales orgánicos (semolina, melaza, etc.), que contienen células vivas o latentes de cepas microbianas eficientes fijadoras de nitrógeno atmosférico, solubilizadoras de fósforo insoluble o potenciadoras de diversos nutrientes, que se utilizan para aplicar a las semillas o al suelo, con el objetivo de incrementar el número de estos microorganismos en el medio y acelerar los procesos microbianos, de tal forma que se aumenten las cantidades de nutrientes que pueden ser asimilados por las plantas o se hagan más rápidos los procesos fisiológicos que influyen sobre el desarrollo y el rendimiento de los cultivos. Estas sustancias microbianas son aplicadas a los suelos para desempeñar función es específicas, las cuales benefician la productividad de las plantas, incluyendo la absorción de agua y nutrientes, la fijación de nitrógeno, la solubilización de minerales, la producción de estimuladores de crecimiento vegetal y el biocontrol de patógenos. Además, pueden utilizarse en los cultivos anuales, las praderas de gramínea y leguminosas, hortalizas y frutales.   El empleo de biofertilizantes en los cultivos agrícolas es una alternativa para reducir la aplicación de fertilizantes químicos y de otros agroquímicos que dañan el medio ambiente, además de que resultan 90 por ciento más baratos para los agricultores.   Es necesario saber que Los nutrientes que requieren las plantas en mayores cantidades son nitrógeno, fósforo y potasio, pero en los suelos la escasez principal es de nitrógeno y fósforo, por lo tanto, también son los componentes del biofertilizante. 

Tipos de Biofertilizantes: 

A.-   Bacterias fijadoras de Nitrógeno Atmosférico:

El nitrógeno es uno de los mayores factores, junto con el agua, que gobiernan la productividad de los cultivos y procede de tres fuentes principales:

1.-   Las reservas orgánicas e inorgánicas del suelo.

2.-   Los fertilizantes minerales y abonos orgánicos que se aplican.

3.-   Fijación biológica del nitrógeno  que se encuentra en la atmósfera.
Sin embargo, las reservas del suelo son muy limitadas y los fertilizantes son económicamente  muy costosos, y fuertemente contaminantes del ambiente, es por ello que la fijación biológica es una gran alternativa que aumenta la producción de alimentos.   Estos biofertilizantes pueden aportar a las plantas entre 40 y 70% de sus necesidades de nitrógeno, lo que permite el ahorro de de la mayor parte del fertilizante contaminante. 
Beneficios:
1.- Fijan Nitrógeno del aire y loponen a disposición de las plantas (entre el 50 y el 75% de los requerimientos del cultivo). Sustituyendo la aplicación de fertilizantes químicos nitrogenados.
2.- Producen (hormonas) sustancias fisiológicamente activas en la Zona rizosférica de las plantas.
3.- Controlan microorganismos dañinos para las plantas mediante la producción de antibióticos.
4.- Contribuye a la estabilidad de los agregados de los suelos cultivables.
5.- Recicla los residuos orgánicos presentes en el suelo.
Dosis de Aplicación:
1.- Producto líquido: Por Aspersión:  aplicar 2 Lts/Ha, diluido en la cantidad requerida de agua.
2.- Inoculación de la semilla:  aplicación directa del producto.
Momento de Aplicación:
1.- Si el producto se aplica en el suelo hacerlo en las primeras horas del día o final de la tarde.
2.- Si se aplica a la semilla se debe sembrar inmediatamente después de inocularlo o dentro de las próximas 24 horas.
Recomendaciones:
1.- Realizar un análisis de suelo antes de usar el producto.
2.- Humedecer el suelo previo a la aplicación.
3.- Lavar adecuadamente el equipo de aspersión.
4.- Utilizar el producto antes de su fecha de vencimiento.
5.- Evitar el contacto del producto con fungicidas y herbicidas.
5.- Estos productos no deben exponerse a altas temperaturas ni a luz directa del sol.
Que cantidades de nitrógeno pueden fijarse cuando se aplican correctamente los biofertilizantes en las leguminosas?
Caraotas: hasta 125 Kilogramos por hectárea.
Quinchoncho: 115 Kilogramos por hectárea.
Soya: 400 Kilogramos por hectárea.
Maní: 200 Kilogramos por hectárea.
Cómo ocurre la fijación de nitrógeno en las leguminosas?:   En el caso de las caraotas, el quinchoncho y otras leguminosas, las bacterias que fijan el nitrógeno  de la atmósfera viven dentro de los nódulos que se forman en las raíces y, desde allí, realizan la fijación.  El nitrógeno que han tomado las bacterias se distribuye a toda la planta.
Cómo ocurre la fijación de nitrógeno en las hortalizas, maíz, arroz, yuca, batata y otros cultivos que no son leguminosas?:   En estos cultivos, los microorganismos fijadores se encuentran asociados a las plantas en las zonas de las raíces y de las hojas donde aprovechan las excreción es de dichas raíces  y hojas que contienen notables cantidades de compuestos nutritivos para usarlas en su multiplicación y en el proceso de fijación.  En este caso no se forman nódulos, como en las leguminosas, sino que los microorganismos viven libres en el suelo que rodea a las raíces.


B.-  Microorganismos Solubilizadores del Fósforo:

Cuál es la importancia de la aplicación de biofertilizantes a base de microorganismos solubilizadores del fósforo?:   Después del nitrógeno, el fósforo es el alimento más necesario para la vida y no es sustituible en los sistemas biológicos.  En el caso de las plantas, el fosforo tiene que existir en el suelo en formas disponibles en cantidades suficientes, ya que actúa en los procesos más importantes para el desarrollo.  En el suelo existen grandes reservas de fósforo, pero en su mayor parte no está en forma accesible a las plantas.  En el caso que se aplique fertilizante fosfórico, sólo e aprovecha una mínima porción, especialmente en los suelos tropicales.
Cuando se aplican biofertilizantes a base de microorganismos solubilizadores, ellos producen una serie de compuestos que actúan sobre el fósforo que no está en formas disponibles y lo transforman en compuestos que las plantas pueden asimilar.  Con esta actividad, se pueden aportar a los cultivos hasta 60 % de sus necesidades de fósforo, con lo cual se puede reducir cantidades de fertilizante fosfórico del que se acostumbra a utilizar y  pueden ser utilizados en cualquier cultivo.
Principales mecanismos de acción de los biofertilizantes:
Fijación biológica del dinitrógeno:   
El complejo enzimático nitrogenasa es el sistema capaz de fijar el nitrógeno atmosférico, y está formado por dos componentes proteicos; una MO-Fe proteína (azofermo) y otra Fe-proteína (azofer). El sistema requiere como disponibilidad energética el ATP y un fuerte agente reductor. Mediante la acción de este sistema, una molécula de nitrógeno es convertida en dos moléculas de amonio, según la siguiente reacción general: 

N2 +6e- + 6H+ + n ATP ---------- 2NH3 + n ADP + n P inorgánico.

La eficiencia de la fijación puede obtenerse calculando la cantidad de nitrógeno fijado por gramo de carbohidrato consumido, puesto que la fijación de una molécula de nitrógeno requiere seis electrones y un número de moléculas de ATP ( puede equivaler a unos 30 ATP/N2 ), por lo que puede deducirse que la eficiencia de la fijación depende, entre otros factores, de la capacidad de los microorganismos para metabolizar los sustratos utilizables. 
Fijación del nitrógeno:
Simbiótica: Forman nódulos en la raíz, los cuales fijan el nitrógeno a la planta, es decir, las bacterias llevan a cabo la transformación de N2 a amonio en los nódulos (hipertrofia formada en las raíces de las plantas) como estructuras distintivas de las leguminosa Ejemplo de microorganismos: Rhizobium sp; Bradyrhizobium japonicum. Mediante este mecanismo estas bacterias logran suplir entre el 80 y 100% de las necesidades de nitrógeno en las leguminosas.
Asociativa: La reducción es realizada por bacterias que se asocian (no penetran) al sistema radical de las plantas, atraídas por un conjunto de exudados que actúan como fuente de carbono y energía.
Ejemplo de estos microorganismos: Azotobacter, Azomonas, Azospirillum, Beijerinckia, Clostridium, Enterobacter y Bacillus. A través de esta actividad estos microorganismos aportan entre el 25-50% de las necesidades de nitrógeno en los cultivos.
Solubilización del fósforo insoluble presente en el suelo:   Este es un proceso de extrema importancia para los suelos cultivables, ya que los mismos contienen cada día mayor cantidad de fósforo no soluble, acumulado a través de los años por la aplicación excesiva de fertilizantes fosfóricos de origen químico y que sólo es posible recuperar mediante la acción de microorganismos solubilizadores. La solubilización se desarrolla sobre el fósforo inorgánico y orgánico presente en el suelo. En el caso de la solubilización del fósforo inorgánico, el principal mecanismo microbiológico por el cual los compuestos insolubles son movilizados en la producción de ácidos orgánicos, convierte, por ejemplo el Ca3(PO4)2 a fosfatos di y monobásicos, resultando en un aumento en la disponibilidad del elemento para las plantas. La cantidad solubilizada varía con el consumo de carbohidratos por los microorganismos y generalmente la transformación sólo se lleva a cabo si el sustrato carbonado es convertido a ácidos orgánicos.  El fósforo también puede estar más disponible para la asimilación de las plantas por la acción de ciertas bacterias que liberan sulfuro de hidrógeno, producto que reacciona con el fosfato férrico para producir sulfuro ferroso, liberando el fosfato. Otra vía, que predomina en los suelos inundados (arrozales), es la de reducir el hierro de los fosfatos férricos, proceso que origina la formación de hierro soluble con una liberación concomitante del fosfato en la solución. Este aumento en la disponibilidad del fósforo en suelos anegados puede explicar por qué el arroz cultivado bajo el agua requiere frecuentemente una cantidad menor de fertilizante fosfórico que el mismo cultivo creciendo en terrenos agrícolas secos. 
Solubilización del fósforo orgánico:   La presencia en el suelo de un gran depósito de este elemento que no puede ser utilizado por las plantas pone de manifiesto la importancia del papel de los microorganismos en la conversión del fósforo orgánico como elemento combinado en los restos vegetales y en la materia orgánica del suelo, a formas inorgánicas aprovechables por las plantas. Este proceso se desarrolla mediante enzimas que separan al fósforo de los sustratos orgánicos y que se denominan fosfatasas. Como regla general una sola fosfatasa puede actuar en muchos sustratos diferentes y con esta actividad los microorganismos pueden aportar a las plantas entre el 30-60% de su necesidades de fósforo.    Ejemplos de microorganismos solubilizadores del fósforo en el suelo son: Bacillus megatherium var. Phosphaticum, Bacillus sp, Pseudomonas, Mycobacterium, Aspergillus, Penicillium y Streptomyces. 
Beneficios:
1.-Aportan a los cultivos mas del 70% de las necesidades de fósforo por lo que se reducen las cantidades de fertilizante fosforado a aplicar, además aportan sustancias promotoras de crecimiento.
2.-Controlan microorganismos dañinos para las plantas mediante la producción de antibióticos.
3.-Contribuye a la estabilidad de los agregados de los suelos cultivables.
4.- Recicla los residuos orgánicos presentes en el suelo.
Dosis de aplicación: Producto líquido: Por Aspersión: aplicar 2 Lts/Ha, diluido en la cantidad requerida de agua; 
Inoculación de la semilla: aplicación directa del producto en el momento de la siembra.
Momento de aplicación:
1.- Si el producto se aplica en el suelo hacerlo en las primeras horas del día o final de la tarde.
2.- Si se aplica a la semilla se debe sembrar inmediatamente después de inocularlo o dentro de las  próximas 24 horas.
Recomendaciones:
Realizar un análisis de suelo antes de usar el producto.
1.- Humedecer el suelo previo a la aplicación.
2.- Lavar adecuadamente el equipo de aspersión.
3.- Utilizar el producto antes de su fecha de vencimiento.
4.- Evitar el contacto del producto con fungicidas y herbicidas.
5.- Estos productos no deben exponerse a altas temperaturas ni a luz directa del sol.
6.- Refrigerar el producto a una temperatura de 4 a 10ºC.
Producción de sustancias fisiológicamente activas:  El aumento en la biomasa vegetal y el rendimiento agrícola en los cultivos puede ser posible mediante la aplicación de microorganismos estimuladores del crecimiento capaces de producir un conjunto de sustancias conocidas como sustancias fisiológicamente activas. Este mecanismo se distingue por la diferencia existente entre cepas microbianas de mayor o menor eficiencia en la síntesis de estas sustancias, por lo que se establece un proceso de selección de las cepas más efectivas en cuanto al potencial estimulador que presentan, el cual se caracteriza por la actividad de un gran número de enzimas y rutas metabólicas, que finalmente se manifiestan en la producción de este pool o conjunto de compuestos.   Entre estas sustancias se relacionan: 
·                     Reguladores del crecimiento (auxinas, giberelinas y citoquininas).
·                     Aminoácidos.
·                     Péptidos de bajo peso molecular.
·                     Vitaminas. 
Beneficios agrobiológicos:
·                     Incremento en el número de plántulas que emergen.
·                     Acortamiento del ciclo de los cultivos entre 7 y 10 días.
·                     Aumento en los procesos de floración – fructificación.
·                     Incremento entre 5 y 20% del rendimiento.
·                     Obtención de frutos con mayor calidad comercial.

Preparación de los biofertilizantes:
S on preparados biodinámicos o biopreparados elaborados a base de suspensiones celulares con una alta población (entre 1010–1014 UFC/ml), que se pueden presentar en forma líquida o soportada sobre sustrato sólido como es el caso de la turba, cachaza o algún otro material.  En el caso de los biopreparado líquidos, en el estado Táchira,  se han desarrollado diferentes bioproductos estimuladores, nitrofijadores y solubilizadores del fósforo en el suelo, que se aplican en dosis de 2 L/ha con la ayuda de una motomochila para áreas pequeñas o máquina fumigadora regulada a 3 atmósferas de presión para áreas mayores, en ambos casos, en una solución final de trabajo, empleando agua común, a razón de 350 a 400 L/ha, asperjando esta solución en el momento de la siembra sobre el suelo o canteros en el caso de sistemas organopónicos. Pueden aplicarse también a través del sistema de riego. Las bacterias se establecen en la zona rizosférica de las plantas y se alimentan de las secreción es de las raíces, realizando en esta zona su función de fijar el nitrógeno atmosférico o de solubilizar el fósforo insoluble del suelo.  En estas condiciones, las bacterias mantienen altas las población es durante 90-100 días, reduciéndolas paulatinamente por agotamiento de las sustancias nutritivas de las secreción es radiculares, a causa del envejecimiento del cultivo y del antagonismo de otros microorganismos del suelo. Cuando se hacen aplicación es foliares, las bacterias se establecen sobre las hojas y se alimentan de las secreción es, manteniéndose durante largo tiempo en las hojas que reciben sombra, como ha sido demostrado en plantación es de café y cacao.  En relación a la forma sólida de aplicación de estos biopreparados, se recomiendan dosis de 1 kg/ha (en base a cachaza), la cual se pre-disuelve en 10 y 20 L de agua común y posteriormente se filtra para recuperar la biomasa bacteriana. Esta operación se repite de dos a tres veces con el objetivo de lavar lo más posible el soporte y así obtener el total de células contenidas en el mismo. Seguidamente, se sigue el procedimiento descrito para la forma líquida. Los biofertilizantes a base de las bacterias Rhizobium sp y Bradyrhizobium se aplican a dosis de 1 kg/quintal de semilla de leguminosas a tratar, mezclando de forma homogénea (con ayuda de una manta) el inoculante con el volumen de semillas hasta que éstas queden totalmente cubiertas. Para facilitar este procedimiento, se emplean de 0.5 a 1 litro de solución azucarada, empleando azúcar comercial con el objetivo que se adhiera mejor el inóculo a las semillas. Una vez homogenizado el inoculante, se deja orear las semillas y posteriormente se procede a la siembra manual o mecanizada. Todo este proceso debe realizarse a la sombra, ya que la radiación solar afecta las bacterias. Los biofertilizantes a base de hongos Micorrizógenos Arbusculares (HMA) desarrollados en Cuba, se aplican por medio del recubrimiento de las semillas en una proporción del 10% de su peso. Generalmente se toma 1 Kg del producto y se mezcla con 600 ml de agua común hasta lograr una consistencia tal que el inóculo se adhiera a la semilla. Una vez recubierta la semilla de forma homogénea se deja secar a la sombra y luego se siembra. En semilleros y bancos de enraizamiento se aplica 1kg de producto por metro cuadrado, en viveros 10 g debajo de la semilla en el momento de la siembra y en plantas in vitro 2 g por planta en el sustrato de adaptación. En todos los casos, en el manejo de estos bioproductos, se debe revisar con detenimiento la fecha de vencimiento, entre otras especificación es de calidad del biopreparado recomendadas por el fabricante, con el objetivo de lograr una inoculación efectiva para todos los biofetilizantes y bioestimuladores existentes en el mercado. La utilización de los biofertilizantes y los bioestimuladores constituye uno de los procedimientos más económicos y que más beneficios reporta al agricultor.
Un nuevo biofertilizante:   Entre los elementos diferenciales de Bioalgal Marine se encuentra el empleo de las más novedosas y exigentes técnicas al servicio de la calidad y la sanidad en la obtención de sus productos, combinadas con el máximo respeto por el medio ambiente. En este sentido, su último producto lanzado consiste en un biofertilizante, que le otorga propiedades inocuas al mismo tiempo que mejora visiblemente la calidad de las raíces y la resistencia de la planta sin agredirla ni comprometer su calidad final.  Este abono, especialmente indicado para cultivos de agricultura intensiva, no es más que la mezcla de espirulina, agua y enzimas. Esta mezcla se calienta y al alcanzar una determinada temperatura, las microalgas se rompen y liberan los aminoácidos. Cuando se incorpora este abono a la planta, se ahorra el trabajo de crear aminoácidos, por lo que su crecimiento es mucho más rápido.  La principal particularidad de esta microalga es su elevada concentración en aminoácidos, polisacáridos, fitohormonas, oligoelementos y antioxidantes, lo que la convierte en el complemento biológico por excelencia.   Todas estas sustancias, extraídas por procedimientos naturales y cuidadosos con el medio ambiente, actúan sobre el crecimiento del tejido radicular secundario, sobre la multiplicación de las células en el crecimiento de la masa de la planta, la multiplicación de nuevos brotes y sobre un mejor cuajado de las flores, que proporción a, a su vez, una mayor uniformidad del fruto tanto en lo que respecta a su tamaño como a su aspecto externo, además de un mayor brillo en su aspecto y una mayor consistencia del mismo. 
Producción de Biofertilizantes:
A.- Método Industrial:
Laboratorio en el estado Táchira, Venezuela:   
En el país, el Gobierno Revolucionario se ha encargado de fortalecer la distribución de bioinsumos para atender la mayor cantidad de productores posible, siendo el Laboratorio de Bioinsumos “Cipriano Castro”, ubicado en Complejo INIA-INSAI, Estación Experimental INIA Pueblo Encima, carretera Transandina, vía Bailadores, Sector La Granja, parroquia Emilio Constantino Guerrero, Municipio Jáuregui, estado Táchira, parte de la red de 13 laboratorios de biofertilizantes y de 17 de biocontroladores existentes en la geografía nación al gracias al convenio Cuba-Venezuela.    Luego de ser creado durante 2007, específicamente el 3 de agosto, los servidores públicos pertenecientes al Instituto Nación al de Salud Agrícola Integral (Insai), con el objetivo de contrarrestar el uso de agroquímicos y fertilizantes tradicionales que alteran el suelo, el agua y el medio ambiente se han encargado de sensibilizar a los productores en el uso adecuado de agroquímicos y aumento de los biocontroladores, logrando mantener una data permanente de 680 productores quienes se sumaron a este proyecto y hoy en día tienen unos cultivos que progresivamente se convertirán en agroecológicos, dejando a un lado los parámetros impuestos por la revolución verde.  Es por ello que es importante destacar, que luego de comenzar con una línea de producción a baja escala, esta se fue incrementando al punto que en el 2011, el laboratorio de biocontroladores logró producir 9 toneladas, posesionándose en el primer lugar a nivel nacional.   Este laboratorio actualmente trabaja en cinco líneas de producción distribuidas en entomófagos (insectos), produciendo la Trichogramma y Chrysoperla; y microorganismos entomopatógenos (hongos y bacterias), denominadas Bacillus Thuringiensis, Beauveria Bassiana, y Trichoderma.  Allí se producen una gran variedad de biocontroladores y biofertilizantes a partir de muestras provenientes de hongos, bacterias e insectos benéficos resultantes de los ecosistemas vegetales.  Estos biofertilizantes producidos en el mencionado laboratorio, como el solubilizador de fosforo y el azotobacter, son creados por medio de bacterias que brindan a las plantación es nutrientes y estimuladores de crecimiento, dando mayor vigor a las plantas.  Por su parte, los biocontroladores como el bauveria, el trichoderma y el bacillus protegen a las plantas de plagas y enfermedades mejorando además la carga microbacteriana de los suelos,  minimizando así los costos de producción y aumentando a la vez los rendimientos por hectárea de siembra. Gran parte de los biofertilizantes y biocontroladores producidos por el laboratorio Cipriano Castro, han sido distribuidos de manera gratuita a los productores y agro venezolanos que han aceptado cambiar el empleo de agroquímicos por bioinsumos; Se adquieren estos productos por medio de la línea de bioinsumos Biopatria, los cuales se expenden en las sedes de agropatria.  Cuenta con el cepario nativo más grande del país de la bacteria Bacillus Thuringiensis, que sirve para el control de larvas e insectos en nuestros cultivos.  Este cuenta con un área de preparación y esterilización, un laboratorio de biología molecular, dos para producción sólida de bioplaguicidas, uno dedicado a la producción por fermentación líquida sumergida y otro se encargará de la cría de insectos y bioensayos. Además, posee dos áreas microbiológicas para hongos y bacterias, entre otros espacios funcionales. La producción atendida es la de tomate, cebolla, pimentón, papa y zanahorias, de 28 mil productores venezolanos aproximadamente. La demanda de bioplaguicidas en el país es de 21.421.318 dosis.
 
Red Nacional de Laboratorios Comunales de Producción de  Bioinsumos: El Insai, maneja una red de 26 laboratorios distribuidos en el país que tienen al de Mucuchíes, como soporte tecnológico y científico además de ser productor, es decir, la base de las investigación se establece desde aquí y complementa al de Turmero, estado Aragua, que será productor de los bioinsumos masivamente, puesto que funcionará como una planta industrial.  De los 26 laboratorios proyectados están operativos 18, ubicados en los estados Anzoátegui, Apure, Barinas, Cojedes, Falcón, Lara, Guárico, Mérida, Sucre, Táchira, Trujillo y Yaracuy, para atender 540.000 hectáreas de superficie vegetal que representan el 44% de la superficie vegetal del país (1.219.275 hectáreas). Cuando se inauguren los 8 restantes, se atenderán 720.000 has (59 % del total).  
Proyección a futuro: Las metas de este laboratorio son ambiciosas para la producción campesina, establecerán en dos años un cepario de referencia de hongos entomopatógenos y antagonistas debidamente caracterizados, con los cuales se busca el control y reducción de las plagas y bacterias que florecen en los cultivos de rubros como papa y tomate. En este sentido, están encaminados en montar el laboratorio de biología molecular, estandarizar las técnicas necesarias para la caracterización de las cepas y poner en marcha un laboratorio de fermentación líquida para la producción de bioplaguicidas, necesarios en la sustitución de los fertilizantes comunes que no protegen el ambiente. La meta es hacer de los cultivos venezolanos, los más cuidadosos de la tierra y de la salud humana cuando el uso de los bioinsumos y biocontroladores suplanten por completo a los fertilizantes y plaguicidas.   Basado en el Protocolo de Kioto para combatir los efectos del cambio climático, así como el convenio de Río de Janeiro sobre la diversidad biológica, los Laboratorios Municipales para la Producción de Bioinsumos “Cipriano Castro”, ubicados en el municipio Jáuregui, específicamente en la estación de Pueblo Hondo, se han convertido en un referente para incentivar la producción agroecológica, y por ende disminuir las cargas tóxicas utilizadas en los cultivos de alimentos para el control de plagas y enfermedades.  Estos laboratorios han mantenido una elaboración constante de biofertilizantes y biocontroladores, alcanzando la producción de más de 5 toneladas de microorganismos benéficos, siendo  aplicados 6.181 kg en 3.091 hectáreas y de esta forma atendiendo a 1.922 productores quienes acceden a estos productos de forma gratuita.  De igual manera, a la fecha, la producción de entomófagos (insectos benéficos)  registra 11 millones 150 mil 568 individuos, mediante los cuales son tratadas 187 hectáreas de la entidad tachirense, aplicándose hasta el momento 5 millones 772 mil 907 individuos. 
Biofertilizantes para los cultivos:   Áreas de fregado, control de calidad, preparación, medios de cultivos, esterilización, almacén de producto terminado, almacén de reactivos, cuartos de siembra, fermentación y envase, representan el proceso total para poder generar los biofertilizantes que llegan a los campesinos, a fin de producir una agricultura sustentable, que pueda mantener la alimentación de la población creciente.   En este laboratorio se encuentran presente integrantes del convenio Cuba-Venezuela para incorporar las experiencias de este hermano país en el mejoramiento de las técnicas de producción de bioinsumos, con el propósito de lograr una agricultura sana para el medio y la salud de los productores y consumidores.   Pero más allá de la producción de biofertilizantes, este laboratorio ha tenido la iniciativa de implementar proyectos de investigación para crear productos de acuerdo a las necesidades de la zona, siendo un caso el aislamiento de una bacteria del sector Sábana Grande, del municipio Jáuregui, con el fin de crear una sepa autóctona, de tipo Rhizobium, que sirve para fijar nitrógeno atmosférico. 
La Gran Misión AgroVenezuela se convirtió en una pieza piloto para engranar los proyectos agroecológicos, especialmente en lo que a la distribución de los productos se refiere, ya que los servidores públicos de los diferentes organismos adscritos al Ministerio del Poder Popular para la Agricultura y Tierras, junto al Insai, lograron abarcar mayor número de comunidades campesinas y por tanto brindar una formación adecuada a los productores en el uso de bioinsumos. Asimismo, el trabajo mancomunado con el departamento de Salud Agrícola Vegetal y el Inder, específicamente el grupo Catas (Convenio Integral de Cooperación Cuba-Venezuela), ha permitido la conformación de las parcelas demostrativas y productores modelos, quienes se encuentran apoyando este proceso de cambio.  Cabe señalar que este laboratorio está cumpliendo con lo que expresa el V objetivo estratégico del Plan Nación al Simón Bolívar 2013-2019, propuesto por el presidente Hugo Chávez Frías, al contribuir con la preservación de la vida en el planeta y la salvación de la especie humana.

B.-Método Casero:

1.-
Cant.
Material
1
Recipiente plástico con tapa
0.5 m
Manguera plástica
1
Botella plástica (500ml)
1kg
Hojas descompuestas
(contiene microorganismo)
1kg
Semolina
16 lts
Agua
2 lts
Melaza o Miel
1
Bolsa hecha de tela (se puede usar la tela de la ropa que ya no le sirva) o saco

 
NOTA: Se acelera el proceso de fermentación si se le agrega medio litro de leche aproximadamente.

¿Cómo obtener el microorganismo (hojas descompuestas)?
Los microorganismos se encuentran en hojas acumuladas y descompuestas en los bosques, cañaverales de bambú y jardines de árboles frutales.
Procesamiento:
·                     Con el fin de extraer el gas que genera el líquido, se perfora un hoyo en la tapa del recipiente plástico cuyo diámetro coincide con el de la manguera. Luego, se introduce la manguera al hoyo (es importante dejarlo bien sellado para que no entre el aire externo al recipiente).
·                     Se rellena la bolsa de tela o el saco con hojas descompuestas y semolina, y se cierra bien la boca.
·                     Se coloca en el recipiente agua y melaza, y se mezcla bien. Luego se introduce al recipiente la bolsa con los materiales.
·                     Se cierra bien la tapa y se inserta el otro extremo de la manguera al agua que está en la botella plástica.

Observaciones:
El Biofertilizante se debe elaborar en lugares frescos donde no le de sol.
·                     No olvidar de instalar bien el recipiente con todas sus partes como lo indica el “Dibujo de Instalación del Recipiente” por qué durante la elaboración se produce mucho gas y la mayo-ría de los microorganismos son anaeróbicos (no necesitan aire).
·                     Se abre la tapa solamente a los 6 y 20 días de la elaboración para examinar el estado de fermentación.
·                     Si al abrir la tapa se siente el olor a des-composición, entonces, se le agrega al liquido 1 kg de melaza para mejorar su estado.
·                     La fermentación concluye su proceso en aproximadamente 20 días después iniciado el proceso. Se deja descansar 10 días más para su aplicación. Puede conservar el Biofertilizante hasta 6 meses.

2.-  Cómo hacer un fertilizante líquido orgánico?
El fertilizante líquido orgánico es fácil de hacer y beneficioso para las plantas. Es llamado "té de estiércol", es más fácil de usar que los productos de abono sólidos porque alimenta a la planta directamente al regarla. No se necesita la propagación del material en este método de fertilización, y no se tendrá que trabajar en la tierra.
Necesitarás:
·         Un recipiente para basura vacío y grande o un barril
·         Una manguera de jardín
·         Una funda de almohada vieja que no necesites más
·         3 - 4 galones de estiércol de vaca
·         Un recipiente de 1 galón
·         Una botella de detergente líquido
·         4 tazas de sales de magnesia
·         Una cubeta de 5 galones
·         Una pala de jardín
·         Un paquete de té de manzana y canela (opcional)

Instrucciones:

1.-  Recoger los desechos:
1.  El estiércol de vaca bien curado se puede obtener de un par de formas diferentes. Se adquiere por bolsa en cualquier centro de suministros para el jardín, tienda de herramientas, o en un centro de artículos para el hogar.
2.  Tomar una de jardín de confianza y el cubo de 5 galones, e ir hacia la residencia de alguna vaca, toro o buey con el que tengas llama a la puerta de la vivienda humana más cercana, que probablemente será el hogar del propietario del bovino.
3.  Si además hay caballos pastando, asegurarse de no recoger sus desechos. No hay nada malo en sus heces, y también pueden ser un buen fertilizante, pero no se compara con las propiedades del de vaca. (Para los que no son expertos: los desechos de vaca son flojos y algo líquidos. Los de caballo tienen una forma sólida, de pelotas redondeadas, un poco más grandes que las de golf).
4.  Buscar heces de vaca que se hayan secado, y que incluso sean realmente firmes al tacto (sí, debes tocarlas, así que sebe usarse guantes). Si el estiércol está fresco y húmedo, producirá una solución que será demasiado fuerte y que probablemente "quemará" las plantas. Por eso es importante usar estiércol que esté "bien curado" o "añejado.

2.-  Fermentar los desechos:
1.  Tener previsto donde colocar el envase de basura lleno de fertilizante en pleno desarrollo, ya que será necesario que permanezca varios días en el lugar  escogido. Aunque realmente no importa si se ubica a la sombra o al sol. Una vez ubicado, llenar el pote de basura con agua hasta 6 pulgadas del borde.
2.  Tomar la vieja funda de almohada, y volcar 3-4 galones del estiércol de vaca dentro de ella. No es necesario ser científicamente preciso con estas medidas. Una cantidad "aproximada" funcionará. Pero si hay dudas del tamaño a que tendrían "3-4 galones" de estiércol, sólo hay que usar cualquier recipiente viejo de 1 galón para medir aproximadamente. Atar un nudo flojo en la funda de la almohada para cerrar el paquete de desechos. La funda debe quedar con la forma de un saquito de té.
3.   Arrojar la bolsa de estiércol dentro del pote de basura lleno de agua.
4.  Ahora dejar en  "remojo" durante 3 o 4 días. No tapar el pote porque la fermentación del estiércol producirá muchos gases. 
5.    Cuando el preparado esté listo, extraer la bolsa de estiércol del tacho con agua.
6.    No desechar el estiércol, más bien dispersarlo.
7.   Finamente en cualquier área que se necesite. O sólo tirarlo en la pila de abono. Luego, volcar en el agua media taza de detergente y 4 tazas de sales de magnesia. Revuelva bien la solución utilizando tu pala de jardín, que servirá bien para esta faena.
3.-  Verter el estiércol:
1.   Colocar varios galones de esta solución en un cubo de 5 galones y diluir con agua hasta que tenga el color de un té suave.
2.  Generalmente, se puede alimentar la vegetación con 1 a 2 pintas de esta solución por planta pequeña, y 1 a 2 cuartos de galón para una planta grande.
3.  Esta mezcla es fantástica para las plantaciones. Usa cerca de 2 pintas para plantas de tamaño mediano, y cerca de una pinta por cada planta pequeña. Una vez más, recuerda que son medidas aproximadas.
4.   Si estás realmente se duda por la dosis correcta de fertilizante líquido orgánico a utilizar, sólo hay que consultar los envases de las semillas, libros de jardinería o sitios de Internet para determinar los requerimientos de cada planta.
Consejos y advertencias: Trabaja temprano por la mañana, muy tarde por la tarde o durante los días nublados para obtener mejores resultados.

Aplicación de los biofertilizantes:
Es importante saber que antes de aplicar cualquiera de los productos biológicos-orgánicos, es de relevancia hacer un estudio (análisis) de suelo, para así saber qué tipo de producto biológico aplicar en el campo y sea adecuado. NO se recomienda aplicar el mismo producto biológico ya sean biofertilizantes o biocontroladores, todo el tiempo en la cosecha, ya que esta se adaptaría y no realizaría ningún efecto en ella. Se tiene que esperar aproximadamente entre 10 a 15 días para poder aplicar algún producto químico si se requiere. Se recomienda aplicarlos al principio del día o al final de la tarde ya que son muy susceptibles a los rayos ultravioletas. Aplicar estos productos directamente al suelo:
Líquido: se utiliza una asperjadora de espalda o una mecánica si la superficie que debe aplicarse es extensa.  Se recomienda aplicar este tipo de biofertilizantes para semillas muy pequeñas, como el tabaco, lechuga, cebolla y tomate, o en el caso de material de siembra muy grande, como la yuca y batata, la aplicación se hace a la superficie del suelo, inmediatamente después de la siembre y antes del riego, para que el inoculante penetre en el suelo con el agua de riego.  Cuando se trata de grandes superficie frutales, arrozales u otros cultivos, puede aplicarse el inoculante líquido por aspersión aérea, aprovechando la facilidad que tienen estas bacterias para establecerse sobre las hojas.  También puede aplicarse por el sistema de riego de aspersión o por goteo.   En todos los casos se utiliza una dosis de 2 a 3 litros por hectárea disueltos en 300 litros de agua y bien mezclados.
Polvo: se recomienda utilizarlo para tratar semillas grandes como caraotas, maíz, auyama, etc. Este es el método más simple y usado, y consiste en la mezcla del inoculante en polvo con las semillas antes de la siembra.  El proceso se realiza con las semillas correspondientes a 1 ha. En un lugar sombreado para evitar el efecto perjudicial de los rayos del sol.   Las semillas se colocan sobre un piso de cemento limpio o sobre una manta plástica limpia.   Se vacía el contenido de una bolsa de biofertilizantes en polvo (500-750 gr)  en un tobo plástico que contiene 1 litro de agua en la que se han disuelto 100 gr de azúcar.  Se mezcla bien hasta que se forme una masa uniforme deshaciendo con los dedos los grumos que aparezcan.  La mezcla se vierte sobre las semillas y se revuelve varias veces con una pala pequeña hasta que todas las semillas se cubran con la mezcla preparada.  Se dejan secar durante media hora  para que el inoculante se adhiera a la superficie de las semillas y se procede a la siembra.

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