Es un abono fabricado utilizando el
mecanismo de fermentación y descomposición de los materiales orgánicos
(semolina, melaza, etc.), que contienen células vivas o latentes de cepas
microbianas eficientes fijadoras de nitrógeno atmosférico, solubilizadoras de
fósforo insoluble o potenciadoras de diversos nutrientes, que se utilizan para
aplicar a las semillas o al suelo, con el objetivo de incrementar el número de
estos microorganismos en el medio y acelerar los procesos microbianos, de tal
forma que se aumenten las cantidades de nutrientes que pueden ser asimilados
por las plantas o se hagan más rápidos los procesos fisiológicos que influyen
sobre el desarrollo y el rendimiento de los cultivos. Estas sustancias microbianas son aplicadas a
los suelos para desempeñar función es específicas, las cuales benefician la
productividad de las plantas, incluyendo la absorción de agua y nutrientes, la
fijación de nitrógeno, la solubilización de minerales, la producción de
estimuladores de crecimiento vegetal y el biocontrol de patógenos. Además,
pueden utilizarse en los cultivos anuales, las praderas de gramínea y
leguminosas, hortalizas y frutales. El
empleo de biofertilizantes en los cultivos agrícolas es una alternativa para
reducir la aplicación de fertilizantes químicos y de otros agroquímicos que
dañan el medio ambiente, además de
que resultan 90 por ciento más baratos para los agricultores. Es necesario saber que Los nutrientes que requieren las plantas en mayores cantidades son nitrógeno, fósforo y potasio,
pero en los suelos la escasez principal es de nitrógeno y fósforo, por lo tanto, también son los componentes del
biofertilizante.
Tipos de Biofertilizantes:
A.-
Bacterias fijadoras de Nitrógeno Atmosférico:
El nitrógeno es uno de los mayores factores, junto con el agua, que
gobiernan la productividad de los cultivos y procede de tres fuentes
principales:
1.- Las reservas orgánicas e
inorgánicas del suelo.
2.- Los fertilizantes minerales
y abonos orgánicos que se aplican.
3.- Fijación biológica del
nitrógeno que se encuentra en la
atmósfera.
Sin embargo, las reservas del suelo son muy limitadas y los
fertilizantes son económicamente muy
costosos, y fuertemente contaminantes del ambiente, es por ello que la fijación
biológica es una gran alternativa que aumenta la producción de alimentos. Estos biofertilizantes pueden aportar a las
plantas entre 40 y 70% de sus necesidades de nitrógeno, lo que permite el
ahorro de de la mayor parte del fertilizante contaminante.
Beneficios:
1.- Fijan Nitrógeno del aire y loponen a
disposición de las plantas (entre el 50 y el 75% de los requerimientos del
cultivo). Sustituyendo la aplicación de fertilizantes químicos nitrogenados.
2.- Producen (hormonas)
sustancias fisiológicamente activas en la Zona rizosférica de las plantas.
3.- Controlan microorganismos dañinos
para las plantas mediante la producción de antibióticos.
4.- Contribuye a la estabilidad
de los agregados de los suelos cultivables.
5.- Recicla los residuos
orgánicos presentes en el suelo.
Dosis de
Aplicación:
1.- Producto líquido: Por Aspersión: aplicar 2 Lts/Ha, diluido en la cantidad
requerida de agua.
2.- Inoculación de la semilla: aplicación
directa del producto.
Momento de Aplicación:
1.- Si el producto se aplica en el suelo hacerlo en las primeras horas
del día o final de la tarde.
2.- Si se aplica a la semilla se debe sembrar inmediatamente después de
inocularlo o dentro de las próximas 24 horas.
Recomendaciones:
1.- Realizar un análisis de suelo antes de usar el producto.
2.- Humedecer el suelo previo a la aplicación.
3.- Lavar adecuadamente el equipo de aspersión.
4.- Utilizar el producto antes de su fecha de vencimiento.
5.- Evitar el contacto del producto con fungicidas y herbicidas.
5.- Estos productos no deben exponerse a altas temperaturas ni a luz
directa del sol.
Que cantidades de nitrógeno pueden fijarse cuando se aplican
correctamente los biofertilizantes en las leguminosas?
Caraotas: hasta 125 Kilogramos por hectárea.
Quinchoncho: 115 Kilogramos por hectárea.
Soya: 400 Kilogramos por hectárea.
Maní: 200 Kilogramos por hectárea.
Cómo ocurre la fijación de nitrógeno en las leguminosas?: En el caso de las caraotas, el quinchoncho y
otras leguminosas, las bacterias que fijan el nitrógeno de la atmósfera viven dentro de los nódulos
que se forman en las raíces y, desde allí, realizan la fijación. El nitrógeno que han tomado las bacterias se
distribuye a toda la planta.
Cómo ocurre la fijación de nitrógeno en las hortalizas, maíz, arroz,
yuca, batata y otros cultivos que no son leguminosas?: En estos cultivos, los microorganismos
fijadores se encuentran asociados a las plantas en las zonas de las raíces y de
las hojas donde aprovechan las excreción es de dichas raíces y hojas que contienen notables cantidades de
compuestos nutritivos para usarlas en su multiplicación y en el proceso de
fijación. En este caso no se forman
nódulos, como en las leguminosas, sino que los microorganismos viven libres en
el suelo que rodea a las raíces.
B.- Microorganismos Solubilizadores del Fósforo:
Cuál es la importancia de la
aplicación de biofertilizantes a base de microorganismos solubilizadores del
fósforo?: Después del nitrógeno, el
fósforo es el alimento más necesario para la vida y no es sustituible en los
sistemas biológicos. En el caso de las
plantas, el fosforo tiene que existir en el suelo en formas disponibles en
cantidades suficientes, ya que actúa en los procesos más importantes para el
desarrollo. En el suelo existen grandes
reservas de fósforo, pero en su mayor parte no está en forma accesible a las
plantas. En el caso que se aplique
fertilizante fosfórico, sólo e aprovecha una mínima porción, especialmente en
los suelos tropicales.
Cuando se aplican biofertilizantes a base de microorganismos
solubilizadores, ellos producen una serie de compuestos que actúan sobre el
fósforo que no está en formas disponibles y lo transforman en compuestos que
las plantas pueden asimilar. Con esta
actividad, se pueden aportar a los cultivos hasta 60 % de sus necesidades de
fósforo, con lo cual se puede reducir cantidades de fertilizante fosfórico del
que se acostumbra a utilizar y pueden ser utilizados en cualquier cultivo.
Principales
mecanismos de acción de los biofertilizantes:
Fijación
biológica del dinitrógeno:
El complejo
enzimático nitrogenasa es el sistema capaz de fijar el nitrógeno atmosférico, y
está formado por dos componentes proteicos; una MO-Fe proteína (azofermo) y
otra Fe-proteína (azofer). El sistema requiere como disponibilidad energética
el ATP y un fuerte agente reductor. Mediante la acción de este sistema, una
molécula de nitrógeno es convertida en dos moléculas de amonio, según la
siguiente reacción general:
N2 +6e- + 6H+ + n ATP ---------- 2NH3 + n ADP + n P inorgánico.
La
eficiencia de la fijación puede obtenerse calculando la cantidad de nitrógeno
fijado por gramo de carbohidrato consumido, puesto que la fijación de una
molécula de nitrógeno requiere seis electrones y un número de moléculas de ATP
( puede equivaler a unos 30 ATP/N2 ), por lo que puede deducirse que la
eficiencia de la fijación depende, entre otros factores, de la capacidad de los
microorganismos para metabolizar los sustratos utilizables.
Fijación del nitrógeno:
Simbiótica: Forman nódulos en la raíz, los cuales fijan el nitrógeno a la planta, es
decir, las
bacterias llevan a cabo la transformación de N2 a amonio en los nódulos
(hipertrofia formada en las raíces de las plantas) como estructuras distintivas
de las leguminosa Ejemplo de microorganismos: Rhizobium sp; Bradyrhizobium
japonicum. Mediante este mecanismo estas bacterias logran suplir entre el 80 y
100% de las necesidades de nitrógeno en las leguminosas.
Asociativa: La
reducción es realizada por bacterias que se asocian (no penetran) al sistema
radical de las plantas, atraídas por un conjunto de exudados que actúan como
fuente de carbono y energía.
Ejemplo de
estos microorganismos: Azotobacter, Azomonas, Azospirillum, Beijerinckia,
Clostridium, Enterobacter y Bacillus. A través de esta actividad estos
microorganismos aportan entre el 25-50% de las necesidades de nitrógeno en los
cultivos.
Solubilización del fósforo insoluble
presente en el suelo: Este
es un proceso de extrema importancia para los suelos cultivables, ya que los
mismos contienen cada día mayor cantidad de fósforo no soluble, acumulado a
través de los años por la aplicación excesiva de fertilizantes fosfóricos de
origen químico y que sólo es posible recuperar mediante la acción de
microorganismos solubilizadores. La solubilización se desarrolla sobre el
fósforo inorgánico y orgánico presente en el suelo. En el caso de la
solubilización del fósforo inorgánico, el principal mecanismo microbiológico
por el cual los compuestos insolubles son movilizados en la producción de
ácidos orgánicos, convierte, por ejemplo el Ca3(PO4)2 a fosfatos di y
monobásicos, resultando en un aumento en la disponibilidad del elemento para
las plantas. La cantidad solubilizada varía con el consumo de carbohidratos por
los microorganismos y generalmente la transformación sólo se lleva a cabo si el
sustrato carbonado es convertido a ácidos orgánicos. El fósforo también puede estar más disponible
para la asimilación de las plantas por la acción de ciertas bacterias que
liberan sulfuro de hidrógeno, producto que reacciona con el fosfato férrico
para producir sulfuro ferroso, liberando el fosfato. Otra vía, que predomina en
los suelos inundados (arrozales), es la de reducir el hierro de los fosfatos
férricos, proceso que origina la formación de hierro soluble con una liberación
concomitante del fosfato en la solución. Este aumento en la disponibilidad del
fósforo en suelos anegados puede explicar por qué el arroz cultivado bajo el agua requiere
frecuentemente una cantidad menor de fertilizante fosfórico que el mismo
cultivo creciendo en terrenos agrícolas secos.
Solubilización del fósforo orgánico: La presencia en el suelo de un gran depósito
de este elemento que no puede ser utilizado por las plantas pone de manifiesto
la importancia del papel de los microorganismos en la conversión del fósforo
orgánico como elemento combinado en los restos vegetales y en la materia
orgánica del suelo, a formas inorgánicas aprovechables por las plantas. Este
proceso se desarrolla mediante enzimas que separan al fósforo de los sustratos
orgánicos y que se denominan fosfatasas. Como regla general una sola fosfatasa
puede actuar en muchos sustratos diferentes y con esta actividad los
microorganismos pueden aportar a las plantas entre el 30-60% de su necesidades de
fósforo. Ejemplos de microorganismos
solubilizadores del fósforo en el suelo son: Bacillus megatherium var. Phosphaticum, Bacillus sp, Pseudomonas, Mycobacterium,
Aspergillus, Penicillium y Streptomyces.
Beneficios:
1.-Aportan a los cultivos mas del 70% de las necesidades de fósforo por
lo que se reducen las cantidades de fertilizante fosforado a aplicar, además
aportan sustancias promotoras de crecimiento.
2.-Controlan microorganismos
dañinos para las plantas mediante la producción de antibióticos.
3.-Contribuye a la estabilidad
de los agregados de los suelos cultivables.
4.- Recicla los residuos
orgánicos presentes en el suelo.
Dosis de aplicación: Producto líquido: Por
Aspersión: aplicar 2 Lts/Ha, diluido en la cantidad requerida de agua;
Inoculación de la semilla: aplicación directa del producto en el momento
de la siembra.
Momento de aplicación:
1.- Si el producto se aplica en el suelo hacerlo en las primeras horas
del día o final de la tarde.
2.- Si se aplica a la semilla se debe sembrar inmediatamente después de
inocularlo o dentro de las próximas 24
horas.
Recomendaciones:
Realizar un análisis de suelo antes de usar el producto.
1.- Humedecer el suelo previo a la aplicación.
2.- Lavar adecuadamente el equipo de aspersión.
3.- Utilizar el producto antes de su fecha de vencimiento.
4.- Evitar el contacto del producto con fungicidas y herbicidas.
5.- Estos productos no deben exponerse a altas temperaturas ni a luz
directa del sol.
6.- Refrigerar el producto a una temperatura de 4 a 10ºC.
Producción
de sustancias fisiológicamente activas: El aumento en la
biomasa vegetal y el rendimiento agrícola en los cultivos puede ser posible
mediante la aplicación de microorganismos estimuladores del crecimiento capaces
de producir un conjunto de sustancias conocidas como sustancias
fisiológicamente activas. Este mecanismo se distingue por la diferencia
existente entre cepas microbianas de mayor o menor eficiencia en la síntesis de
estas sustancias, por lo que se establece un proceso de selección de las cepas
más efectivas en cuanto al potencial estimulador que presentan, el cual se
caracteriza por la actividad de un gran número de enzimas y rutas metabólicas,
que finalmente se manifiestan en la producción de este pool o conjunto de
compuestos. Entre estas sustancias se
relacionan:
·
Reguladores del crecimiento (auxinas, giberelinas y citoquininas).
·
Aminoácidos.
·
Péptidos de bajo peso molecular.
·
Vitaminas.
Beneficios
agrobiológicos:
·
Incremento en el número de plántulas que emergen.
·
Acortamiento del ciclo de los cultivos entre 7 y 10 días.
·
Aumento en los procesos de floración – fructificación.
·
Incremento entre 5 y 20% del rendimiento.
·
Obtención de frutos con mayor calidad comercial.
Preparación de los biofertilizantes:
S on preparados biodinámicos o biopreparados elaborados a base de suspensiones celulares con una alta población (entre 1010–1014 UFC/ml), que se pueden presentar en forma líquida o soportada sobre sustrato sólido como es el caso de la turba, cachaza o algún otro material. En el caso de los biopreparado líquidos, en el estado Táchira, se han desarrollado diferentes bioproductos estimuladores, nitrofijadores y solubilizadores del fósforo en el suelo, que se aplican en dosis de 2 L/ha con la ayuda de una motomochila para áreas pequeñas o máquina fumigadora regulada a 3 atmósferas de presión para áreas mayores, en ambos casos, en una solución final de trabajo, empleando agua común, a razón de 350 a 400 L/ha, asperjando esta solución en el momento de la siembra sobre el suelo o canteros en el caso de sistemas organopónicos. Pueden aplicarse también a través del sistema de riego. Las bacterias se establecen en la zona rizosférica de las plantas y se alimentan de las secreción es de las raíces, realizando en esta zona su función de fijar el nitrógeno atmosférico o de solubilizar el fósforo insoluble del suelo. En estas condiciones, las bacterias mantienen altas las población es durante 90-100 días, reduciéndolas paulatinamente por agotamiento de las sustancias nutritivas de las secreción es radiculares, a causa del envejecimiento del cultivo y del antagonismo de otros microorganismos del suelo. Cuando se hacen aplicación es foliares, las bacterias se establecen sobre las hojas y se alimentan de las secreción es, manteniéndose durante largo tiempo en las hojas que reciben sombra, como ha sido demostrado en plantación es de café y cacao. En relación a la forma sólida de aplicación de estos biopreparados, se recomiendan dosis de 1 kg/ha (en base a cachaza), la cual se pre-disuelve en 10 y 20 L de agua común y posteriormente se filtra para recuperar la biomasa bacteriana. Esta operación se repite de dos a tres veces con el objetivo de lavar lo más posible el soporte y así obtener el total de células contenidas en el mismo. Seguidamente, se sigue el procedimiento descrito para la forma líquida. Los biofertilizantes a base de las bacterias Rhizobium sp y Bradyrhizobium se aplican a dosis de 1 kg/quintal de semilla de leguminosas a tratar, mezclando de forma homogénea (con ayuda de una manta) el inoculante con el volumen de semillas hasta que éstas queden totalmente cubiertas. Para facilitar este procedimiento, se emplean de 0.5 a 1 litro de solución azucarada, empleando azúcar comercial con el objetivo que se adhiera mejor el inóculo a las semillas. Una vez homogenizado el inoculante, se deja orear las semillas y posteriormente se procede a la siembra manual o mecanizada. Todo este proceso debe realizarse a la sombra, ya que la radiación solar afecta las bacterias. Los biofertilizantes a base de hongos Micorrizógenos Arbusculares (HMA) desarrollados en Cuba, se aplican por medio del recubrimiento de las semillas en una proporción del 10% de su peso. Generalmente se toma 1 Kg del producto y se mezcla con 600 ml de agua común hasta lograr una consistencia tal que el inóculo se adhiera a la semilla. Una vez recubierta la semilla de forma homogénea se deja secar a la sombra y luego se siembra. En semilleros y bancos de enraizamiento se aplica 1kg de producto por metro cuadrado, en viveros 10 g debajo de la semilla en el momento de la siembra y en plantas in vitro 2 g por planta en el sustrato de adaptación. En todos los casos, en el manejo de estos bioproductos, se debe revisar con detenimiento la fecha de vencimiento, entre otras especificación es de calidad del biopreparado recomendadas por el fabricante, con el objetivo de lograr una inoculación efectiva para todos los biofetilizantes y bioestimuladores existentes en el mercado. La utilización de los biofertilizantes y los bioestimuladores constituye uno de los procedimientos más económicos y que más beneficios reporta al agricultor.
S on preparados biodinámicos o biopreparados elaborados a base de suspensiones celulares con una alta población (entre 1010–1014 UFC/ml), que se pueden presentar en forma líquida o soportada sobre sustrato sólido como es el caso de la turba, cachaza o algún otro material. En el caso de los biopreparado líquidos, en el estado Táchira, se han desarrollado diferentes bioproductos estimuladores, nitrofijadores y solubilizadores del fósforo en el suelo, que se aplican en dosis de 2 L/ha con la ayuda de una motomochila para áreas pequeñas o máquina fumigadora regulada a 3 atmósferas de presión para áreas mayores, en ambos casos, en una solución final de trabajo, empleando agua común, a razón de 350 a 400 L/ha, asperjando esta solución en el momento de la siembra sobre el suelo o canteros en el caso de sistemas organopónicos. Pueden aplicarse también a través del sistema de riego. Las bacterias se establecen en la zona rizosférica de las plantas y se alimentan de las secreción es de las raíces, realizando en esta zona su función de fijar el nitrógeno atmosférico o de solubilizar el fósforo insoluble del suelo. En estas condiciones, las bacterias mantienen altas las población es durante 90-100 días, reduciéndolas paulatinamente por agotamiento de las sustancias nutritivas de las secreción es radiculares, a causa del envejecimiento del cultivo y del antagonismo de otros microorganismos del suelo. Cuando se hacen aplicación es foliares, las bacterias se establecen sobre las hojas y se alimentan de las secreción es, manteniéndose durante largo tiempo en las hojas que reciben sombra, como ha sido demostrado en plantación es de café y cacao. En relación a la forma sólida de aplicación de estos biopreparados, se recomiendan dosis de 1 kg/ha (en base a cachaza), la cual se pre-disuelve en 10 y 20 L de agua común y posteriormente se filtra para recuperar la biomasa bacteriana. Esta operación se repite de dos a tres veces con el objetivo de lavar lo más posible el soporte y así obtener el total de células contenidas en el mismo. Seguidamente, se sigue el procedimiento descrito para la forma líquida. Los biofertilizantes a base de las bacterias Rhizobium sp y Bradyrhizobium se aplican a dosis de 1 kg/quintal de semilla de leguminosas a tratar, mezclando de forma homogénea (con ayuda de una manta) el inoculante con el volumen de semillas hasta que éstas queden totalmente cubiertas. Para facilitar este procedimiento, se emplean de 0.5 a 1 litro de solución azucarada, empleando azúcar comercial con el objetivo que se adhiera mejor el inóculo a las semillas. Una vez homogenizado el inoculante, se deja orear las semillas y posteriormente se procede a la siembra manual o mecanizada. Todo este proceso debe realizarse a la sombra, ya que la radiación solar afecta las bacterias. Los biofertilizantes a base de hongos Micorrizógenos Arbusculares (HMA) desarrollados en Cuba, se aplican por medio del recubrimiento de las semillas en una proporción del 10% de su peso. Generalmente se toma 1 Kg del producto y se mezcla con 600 ml de agua común hasta lograr una consistencia tal que el inóculo se adhiera a la semilla. Una vez recubierta la semilla de forma homogénea se deja secar a la sombra y luego se siembra. En semilleros y bancos de enraizamiento se aplica 1kg de producto por metro cuadrado, en viveros 10 g debajo de la semilla en el momento de la siembra y en plantas in vitro 2 g por planta en el sustrato de adaptación. En todos los casos, en el manejo de estos bioproductos, se debe revisar con detenimiento la fecha de vencimiento, entre otras especificación es de calidad del biopreparado recomendadas por el fabricante, con el objetivo de lograr una inoculación efectiva para todos los biofetilizantes y bioestimuladores existentes en el mercado. La utilización de los biofertilizantes y los bioestimuladores constituye uno de los procedimientos más económicos y que más beneficios reporta al agricultor.
Un nuevo
biofertilizante: Entre los elementos diferenciales de Bioalgal
Marine se encuentra el empleo de las más novedosas y exigentes técnicas al
servicio de la calidad y la sanidad en la obtención de sus productos,
combinadas con el máximo respeto por el medio ambiente. En este sentido, su
último producto lanzado consiste en un biofertilizante, que le otorga
propiedades inocuas al mismo tiempo que mejora visiblemente la calidad de las raíces
y la resistencia de la planta sin agredirla ni comprometer su calidad
final. Este abono, especialmente
indicado para cultivos de agricultura intensiva, no es más que la mezcla de
espirulina, agua y enzimas. Esta mezcla se calienta y al alcanzar una determinada
temperatura, las microalgas se rompen y liberan los aminoácidos. Cuando se
incorpora este abono a la planta, se ahorra el trabajo de crear aminoácidos,
por lo que su crecimiento es mucho más rápido.
La principal particularidad de esta microalga es su elevada
concentración en aminoácidos, polisacáridos, fitohormonas, oligoelementos y
antioxidantes, lo que la convierte en el complemento biológico por
excelencia. Todas estas sustancias,
extraídas por procedimientos naturales y cuidadosos con el medio ambiente,
actúan sobre el crecimiento del tejido radicular secundario, sobre la
multiplicación de las células en el crecimiento de la masa de la planta, la
multiplicación de nuevos brotes y sobre un mejor cuajado de las flores, que
proporción a, a su vez, una mayor uniformidad del fruto tanto en lo que
respecta a su tamaño como a su aspecto externo, además de un mayor brillo en su
aspecto y una mayor consistencia del mismo.
Producción de Biofertilizantes:
A.- Método Industrial:
Laboratorio
en el estado Táchira, Venezuela:
En el país, el Gobierno
Revolucionario se ha encargado de fortalecer la distribución de bioinsumos para
atender la mayor cantidad de productores posible, siendo el Laboratorio de Bioinsumos “Cipriano Castro”,
ubicado en Complejo INIA-INSAI, Estación Experimental INIA Pueblo Encima, carretera
Transandina, vía Bailadores, Sector La Granja, parroquia Emilio Constantino
Guerrero, Municipio Jáuregui, estado Táchira, parte de la red de
13 laboratorios de biofertilizantes y de 17 de biocontroladores existentes en
la geografía nación al gracias al convenio Cuba-Venezuela. Luego de ser creado durante 2007,
específicamente el 3 de agosto, los servidores públicos pertenecientes al
Instituto Nación al de Salud Agrícola Integral (Insai), con el objetivo de
contrarrestar el uso de agroquímicos y fertilizantes tradicionales que alteran
el suelo, el agua y el medio ambiente se han encargado de sensibilizar a los
productores en el uso adecuado de agroquímicos y aumento de los
biocontroladores, logrando mantener una data permanente de 680 productores
quienes se sumaron a este proyecto y hoy en día tienen unos cultivos que
progresivamente se convertirán en agroecológicos, dejando a un lado los
parámetros impuestos por la revolución verde. Es por ello que es importante
destacar, que luego de comenzar con una línea de producción a baja escala, esta
se fue incrementando al punto que en el 2011, el laboratorio de
biocontroladores logró producir 9 toneladas, posesionándose en el primer lugar
a nivel nacional. Este laboratorio
actualmente trabaja en cinco líneas de producción distribuidas en entomófagos
(insectos), produciendo la Trichogramma y Chrysoperla; y microorganismos
entomopatógenos (hongos y bacterias), denominadas Bacillus Thuringiensis,
Beauveria Bassiana, y Trichoderma. Allí
se producen una gran variedad de biocontroladores y biofertilizantes a partir
de muestras provenientes de hongos, bacterias e insectos benéficos resultantes
de los ecosistemas vegetales. Estos
biofertilizantes producidos en el mencionado laboratorio, como el solubilizador
de fosforo y el azotobacter, son creados por medio de bacterias que brindan a
las plantación es nutrientes y estimuladores de crecimiento, dando mayor vigor
a las plantas. Por su parte, los
biocontroladores como el bauveria, el trichoderma y el bacillus protegen a las
plantas de plagas y enfermedades mejorando además la carga microbacteriana de
los suelos, minimizando así los costos
de producción y aumentando a la vez los rendimientos por hectárea de siembra.
Gran parte de los biofertilizantes y biocontroladores producidos por el
laboratorio Cipriano Castro, han sido distribuidos de manera gratuita a los
productores y agro venezolanos que han aceptado cambiar el empleo de
agroquímicos por bioinsumos; Se adquieren estos productos por medio de la línea
de bioinsumos Biopatria, los cuales se expenden en las sedes de
agropatria. Cuenta con el cepario nativo
más grande del país de la bacteria Bacillus Thuringiensis, que sirve para el
control de larvas e insectos en nuestros cultivos. Este cuenta con un área de preparación y
esterilización, un laboratorio de biología molecular, dos para producción
sólida de bioplaguicidas, uno dedicado a la producción por fermentación líquida
sumergida y otro se encargará de la cría de insectos y bioensayos. Además,
posee dos áreas microbiológicas para hongos y bacterias, entre otros espacios
funcionales. La producción atendida es la de tomate, cebolla, pimentón, papa y
zanahorias, de 28 mil productores venezolanos aproximadamente. La demanda de
bioplaguicidas en el país es de 21.421.318 dosis.
Red
Nacional de Laboratorios Comunales de Producción de Bioinsumos: El Insai, maneja una red de 26
laboratorios distribuidos en el país que tienen al de Mucuchíes, como soporte
tecnológico y científico además de ser productor, es decir, la base de las
investigación se establece desde aquí y complementa al de Turmero, estado
Aragua, que será productor de los bioinsumos masivamente, puesto que funcionará
como una planta industrial. De los 26
laboratorios proyectados están operativos 18, ubicados en los estados
Anzoátegui, Apure, Barinas, Cojedes, Falcón, Lara, Guárico, Mérida, Sucre, Táchira, Trujillo y Yaracuy, para
atender 540.000 hectáreas de superficie vegetal que representan el 44% de la
superficie vegetal del país (1.219.275 hectáreas). Cuando se inauguren los 8
restantes, se atenderán 720.000 has (59 % del total).
Proyección
a futuro: Las metas de este
laboratorio son ambiciosas para la producción campesina, establecerán en dos
años un cepario de referencia de hongos entomopatógenos y antagonistas
debidamente caracterizados, con los cuales se busca el control y reducción de
las plagas y bacterias que florecen en los cultivos de rubros como papa y
tomate. En este sentido, están encaminados en montar el laboratorio de biología
molecular, estandarizar las técnicas necesarias para la caracterización de las
cepas y poner en marcha un laboratorio de fermentación líquida para la
producción de bioplaguicidas, necesarios en la sustitución de los fertilizantes
comunes que no protegen el ambiente. La meta es hacer de los cultivos
venezolanos, los más cuidadosos de la tierra y de la salud humana cuando el uso
de los bioinsumos y biocontroladores suplanten por completo a los fertilizantes
y plaguicidas. Basado en el Protocolo
de Kioto para combatir los efectos del cambio climático, así como el convenio
de Río de Janeiro sobre la diversidad biológica, los Laboratorios Municipales
para la Producción de Bioinsumos “Cipriano Castro”, ubicados en el municipio
Jáuregui, específicamente en la estación de Pueblo Hondo, se han convertido en
un referente para incentivar la producción agroecológica, y por ende disminuir
las cargas tóxicas utilizadas en los cultivos de alimentos para el control de plagas
y enfermedades. Estos laboratorios han mantenido una elaboración
constante de biofertilizantes y biocontroladores, alcanzando la producción de
más de 5 toneladas de microorganismos benéficos, siendo aplicados 6.181
kg en 3.091 hectáreas y de esta forma atendiendo a 1.922 productores quienes
acceden a estos productos de forma gratuita. De igual manera, a la fecha,
la producción de entomófagos (insectos benéficos) registra 11 millones
150 mil 568 individuos, mediante los cuales son tratadas 187 hectáreas de la
entidad tachirense, aplicándose hasta el momento 5 millones 772 mil 907
individuos.
Biofertilizantes para los cultivos: Áreas de fregado, control de
calidad, preparación, medios de cultivos, esterilización, almacén de producto
terminado, almacén de reactivos, cuartos de siembra, fermentación y envase,
representan el proceso total para poder generar los biofertilizantes que llegan
a los campesinos, a fin de producir una agricultura sustentable, que pueda
mantener la alimentación de la población creciente. En este laboratorio se encuentran presente
integrantes del convenio Cuba-Venezuela para incorporar las experiencias de
este hermano país en el mejoramiento de las técnicas de producción de bioinsumos,
con el propósito de lograr una agricultura sana para el medio y la salud de los
productores y consumidores. Pero
más allá de la producción de biofertilizantes, este laboratorio ha tenido la
iniciativa de implementar proyectos de investigación para crear productos de
acuerdo a las necesidades de la zona, siendo un caso el aislamiento de una
bacteria del sector Sábana Grande, del municipio Jáuregui, con el fin de crear
una sepa autóctona, de tipo Rhizobium, que sirve para fijar nitrógeno
atmosférico.
La Gran
Misión AgroVenezuela se convirtió en una pieza piloto para engranar los
proyectos agroecológicos, especialmente en lo que a la distribución de los
productos se refiere, ya que los servidores públicos de los diferentes
organismos adscritos al Ministerio del Poder Popular para la Agricultura y Tierras,
junto al Insai, lograron abarcar mayor número de comunidades campesinas y por
tanto brindar una formación adecuada a los productores en el uso de
bioinsumos. Asimismo, el trabajo mancomunado con el departamento de Salud
Agrícola Vegetal y el Inder, específicamente el grupo Catas (Convenio Integral
de Cooperación Cuba-Venezuela), ha permitido la conformación de las parcelas
demostrativas y productores modelos, quienes se encuentran apoyando este
proceso de cambio. Cabe señalar que este laboratorio está cumpliendo con
lo que expresa el V objetivo estratégico del Plan Nación al Simón Bolívar
2013-2019, propuesto por el presidente Hugo Chávez Frías, al contribuir con la
preservación de la vida en el planeta y la salvación de la especie humana.
B.-Método Casero:
1.-
Cant.
|
Material
|
1
|
Recipiente plástico con tapa
|
0.5 m
|
Manguera plástica
|
1
|
Botella plástica (500ml)
|
1kg
|
Hojas descompuestas
(contiene microorganismo)
|
1kg
|
Semolina
|
16 lts
|
Agua
|
2 lts
|
Melaza o Miel
|
1
|
Bolsa hecha de tela (se puede usar la tela de la ropa que ya no le
sirva) o saco
|
NOTA: Se acelera
el proceso de fermentación si se le agrega medio litro de leche
aproximadamente.
¿Cómo obtener el microorganismo
(hojas descompuestas)?
Los microorganismos
se encuentran en hojas acumuladas y descompuestas en los bosques, cañaverales
de bambú y jardines de árboles frutales.
Procesamiento:
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Con el fin de extraer el gas que genera el líquido, se perfora un hoyo en la
tapa del recipiente plástico cuyo diámetro coincide con el de la manguera.
Luego, se introduce la manguera al hoyo (es importante dejarlo bien sellado
para que no entre el aire externo al recipiente).
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Se rellena la bolsa de tela o el saco con hojas descompuestas y semolina, y se
cierra bien la boca.
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Se coloca en el recipiente agua y melaza, y se mezcla bien. Luego se introduce
al recipiente la bolsa con los materiales.
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Se cierra bien la tapa y se inserta el otro extremo de la manguera al agua que
está en la botella plástica.
Observaciones:
El Biofertilizante se debe elaborar en lugares frescos donde no le de
sol.
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No olvidar de instalar bien el recipiente con todas sus partes como lo indica
el “Dibujo de Instalación del Recipiente” por qué durante la elaboración
se produce mucho gas y la mayo-ría de los microorganismos son anaeróbicos (no
necesitan aire).
·
Se abre la tapa solamente a los 6 y 20 días de la elaboración para
examinar el estado de fermentación.
·
Si al abrir la tapa se siente el olor a des-composición, entonces, se le agrega
al liquido 1 kg de melaza para mejorar su estado.
·
La fermentación concluye su proceso en aproximadamente 20 días después iniciado
el proceso. Se deja descansar 10 días más para su aplicación. Puede conservar
el Biofertilizante hasta 6 meses.
2.- Cómo hacer un fertilizante
líquido orgánico?
El fertilizante líquido orgánico es fácil de
hacer y beneficioso para las plantas. Es llamado "té de estiércol",
es más fácil de usar que los productos de abono sólidos porque alimenta a la
planta directamente al regarla. No se necesita la propagación del material en
este método de fertilización, y no se tendrá que trabajar en la tierra.
Necesitarás:
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Un recipiente para basura vacío y grande o un barril
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Una manguera de jardín
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Una funda de almohada vieja que no necesites más
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3 - 4 galones de estiércol de vaca
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Un recipiente de 1 galón
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Una botella de detergente líquido
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4 tazas de sales de magnesia
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Una cubeta de 5 galones
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Una pala de jardín
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Un paquete de té de manzana y canela (opcional)
Instrucciones:
1.- Recoger los desechos:
1. El estiércol de vaca bien curado se
puede obtener de un par de formas diferentes. Se adquiere por bolsa en
cualquier centro de suministros para el jardín, tienda de herramientas, o en un
centro de artículos para el hogar.
2. Tomar una de jardín de confianza y el
cubo de 5 galones, e ir hacia la residencia de alguna vaca, toro o buey con el
que tengas llama a la puerta de la vivienda humana más cercana, que
probablemente será el hogar del propietario del bovino.
3. Si además hay caballos pastando,
asegurarse de no recoger sus desechos. No hay nada malo en sus heces, y también
pueden ser un buen fertilizante, pero no se compara con las propiedades del de
vaca. (Para los que no son expertos: los desechos de vaca son flojos y algo
líquidos. Los de caballo tienen una forma sólida, de pelotas redondeadas, un
poco más grandes que las de golf).
4. Buscar heces de vaca que se hayan
secado, y que incluso sean realmente firmes al tacto (sí, debes tocarlas, así
que sebe usarse guantes). Si el estiércol está fresco y húmedo, producirá una
solución que será demasiado fuerte y que probablemente "quemará" las
plantas. Por eso es importante usar estiércol que esté "bien curado"
o "añejado.
2.- Fermentar los desechos:
1. Tener previsto donde colocar el
envase de basura lleno de fertilizante en pleno desarrollo, ya que será
necesario que permanezca varios días en el lugar escogido. Aunque realmente no importa si se
ubica a la sombra o al sol. Una vez ubicado, llenar el pote de basura con agua
hasta 6 pulgadas del borde.
2. Tomar la vieja funda de almohada, y
volcar 3-4 galones del estiércol de vaca dentro de ella. No es necesario ser
científicamente preciso con estas medidas. Una cantidad "aproximada"
funcionará. Pero si hay dudas del tamaño a que tendrían "3-4 galones"
de estiércol, sólo hay que usar cualquier recipiente viejo de 1 galón para
medir aproximadamente. Atar un nudo flojo en la funda de la almohada para
cerrar el paquete de desechos. La funda debe quedar con la forma de un saquito
de té.
3. Arrojar la bolsa de estiércol dentro
del pote de basura lleno de agua.
4. Ahora dejar en "remojo" durante 3 o 4 días. No
tapar el pote porque la fermentación del estiércol producirá muchos gases.
5. Cuando el preparado esté
listo, extraer la bolsa de estiércol del tacho con agua.
6. No desechar el estiércol,
más bien dispersarlo.
7. Finamente en cualquier área que
se necesite. O sólo tirarlo en la pila de abono. Luego, volcar en el agua media
taza de detergente y 4 tazas de sales de magnesia. Revuelva bien la solución
utilizando tu pala de jardín, que servirá bien para esta faena.
3.- Verter el estiércol:
1. Colocar varios galones de esta
solución en un cubo de 5 galones y diluir con agua hasta que tenga el color de
un té suave.
2. Generalmente, se puede alimentar la
vegetación con 1 a 2 pintas de esta solución por planta pequeña, y 1 a 2
cuartos de galón para una planta grande.
3. Esta mezcla es fantástica para las
plantaciones. Usa cerca de 2 pintas para plantas de tamaño mediano, y cerca de
una pinta por cada planta pequeña. Una vez más, recuerda que son medidas
aproximadas.
4. Si estás realmente se duda por
la dosis correcta de fertilizante líquido orgánico a utilizar, sólo hay que
consultar los envases de las semillas, libros de jardinería o sitios de
Internet para determinar los requerimientos de cada planta.
Consejos y
advertencias: Trabaja temprano por la
mañana, muy tarde por la tarde o durante los días nublados para obtener mejores
resultados.
Aplicación de los
biofertilizantes:
Es importante saber que antes de aplicar cualquiera de los productos
biológicos-orgánicos, es de relevancia hacer un estudio (análisis) de suelo,
para así saber qué tipo de producto biológico aplicar en el campo y sea
adecuado. NO se recomienda aplicar el mismo producto biológico ya sean
biofertilizantes o biocontroladores, todo el tiempo en la cosecha, ya que esta
se adaptaría y no realizaría ningún efecto en ella. Se tiene que esperar
aproximadamente entre 10 a 15 días para poder aplicar algún producto químico si
se requiere. Se recomienda aplicarlos al principio del día o al final de la
tarde ya que son muy susceptibles a los rayos ultravioletas. Aplicar estos
productos directamente al suelo:
Líquido: se utiliza una asperjadora de espalda o una mecánica si la superficie
que debe aplicarse es extensa. Se
recomienda aplicar este tipo de biofertilizantes para semillas muy pequeñas,
como el tabaco, lechuga, cebolla y tomate, o en el caso de material de siembra
muy grande, como la yuca y batata, la aplicación se hace a la superficie del
suelo, inmediatamente después de la siembre y antes del riego, para que el
inoculante penetre en el suelo con el agua de riego. Cuando se trata de grandes superficie
frutales, arrozales u otros cultivos, puede aplicarse el inoculante líquido por
aspersión aérea, aprovechando la facilidad que tienen estas bacterias para
establecerse sobre las hojas. También
puede aplicarse por el sistema de riego de aspersión o por goteo. En todos los casos se utiliza una dosis de 2
a 3 litros por hectárea disueltos en 300 litros de agua y bien mezclados.
Polvo: se recomienda utilizarlo para tratar semillas grandes como caraotas,
maíz, auyama, etc. Este es el método más simple y usado, y consiste en la
mezcla del inoculante en polvo con las semillas antes de la siembra. El proceso se realiza con las semillas
correspondientes a 1 ha. En un lugar sombreado para evitar el efecto
perjudicial de los rayos del sol. Las
semillas se colocan sobre un piso de cemento limpio o sobre una manta plástica
limpia. Se vacía el contenido de una
bolsa de biofertilizantes en polvo (500-750 gr)
en un tobo plástico que contiene 1 litro de agua en la que se han
disuelto 100 gr de azúcar. Se mezcla
bien hasta que se forme una masa uniforme deshaciendo con los dedos los grumos
que aparezcan. La mezcla se vierte sobre
las semillas y se revuelve varias veces con una pala pequeña hasta que todas
las semillas se cubran con la mezcla preparada.
Se dejan secar durante media hora
para que el inoculante se adhiera a la superficie de las semillas y se
procede a la siembra.
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